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Cilniana limpia el entorno de la mina de Buenavista

La Mina de Buenavista, situada en la zona norte del término de Marbella, y de la que se extraía plomo desde el siglo XVIII, tiene un especial recuerdo para muchos marbellenses, cuyos familiares han trabajado en ella.

Es en Agosto de 1836,  cuando tres destacados empresarios de Marbella: Antonio Domínguez, Bernabé Chinchilla y  Fernando Acosta, decidieron constituir una entidad mercantil denominada “ Sociedad de la Mina de plomo nombrada de Buenavista”, cuyo objeto principal era la fundición de mineral, que producía la mina y que pertenecía a la mencionada sociedad, así como la que se pudiese comprar a otras minas, contratando para ello al ingeniero don Francisco de Sales García, perteneciente al Real Cuerpo de Minas.

Para tal proyecto los socios crearon un núcleo compuesto de horno de fundición, lavadero y otras dependencias, que se dedicaba al tratamiento del mineral, conocido como “ Los Tres Amigos”  y que permitían que unas veinte familias pudiesen vivir.

Esta mina que ha venido desarrollando su actividad de extracción  de mineral hasta los años sesenta del siglo XX de una forma continuada, ha padecido diversas vicisitudes y cambios de compañías.

Hoy sus restos se encuentran prácticamente olvidados, ante las inclemencias del tiempo y  la tupida maleza que rodea el entorno, ocultandose ante la vista de muchos senderistas y amantes de la naturaleza, que en los días soleados pasean por la zona.

Por ello la Asociación Cilniana, en su deseo de proteger el patrimonio, tanto arqueológico, arquitectónico, ó industrial, ha querido sacar de su letargo estas estructuras, que  han tenido tanta importancia para nuestra ciudad, tanto histórica como social.

Para ello los miembros de la asociación han comenzado el pasado domingo,  a realizar los trabajos de desbroce, limpieza y estudios de las mismas, trabajos que continuarán, hasta poner tales estructuras  en condiciones, que permitan dar a conocer, tanto a los ciudadanos de Marbella, como a todo aquellos que se interesen por nuestra ciudad, los múltiples y distintos matices de nuestra historia.

Los sextercios de Acinipo en Internet

Acinipo también conocida como Ronda la Vieja, se encuentra situada aproximadamente a unos dieciocho kilómetros de Ronda en dirección Sevilla. Esta ciudad ha dado pruebas a través de las distintas campañas de excavaciones realizadas, de haber sido inicialmente un asentamiento humano, donde han aparecidos restos Neolíticos y de la Edad del Bronce, quizás porque reúne las características óptimas, para ser un perfecto enclave estratégico, entre otras el hecho de encontrarse a 999 metros sobre el nivel del mar, lo que permite tener unas maravillosas vistas de todo el entorno que lo rodea.

Las primeras referencias escritas que tenemos de Acinipo aparecen en los textos clásicos de los geógrafos latinos Ptolomeo y Plinio, en el siglo III a.C., siendo esta una de las ciudades romanas más importante que pertenecía a la Beturia céltica, esta ciudad nos ha ofrecido a lo largo de los tiempos numerosos testimonios epigráficos, destacando algunas inscripciones dedicadas al dios Marte y a Victoria Augusta, así como monedas, útiles de ajuar doméstico, hallazgos que lo convierte en unos de los yacimientos potencialmente más rico de nuestra provincia.

Al entrar en el yacimiento, lo primero que nos encontramos son los restos del poblado de la Edad de Bronce, donde aparecen grupos circulares de piedras, que nos indican donde se ubicaban las cabañas.

Pero lo que más nos sorprende a la vista, a medida que nos adentramos en el mismo, son los restos romanos que emergen sobre la gran mesa caliza, destacando el gran lienzo de piedras del teatro.

Esta ciudad permanece casi en su totalidad sin excavar, en cuanto a lo realizado hasta ahora, nos permite conocer el buen estado de conservación del urbanismo, formados por edificaciones dispuestas en terrazas escalonadas, que permiten salvar la pendiente de la meseta en la que se encuentra.

Pero este maravilloso yacimiento, cuyas primeras excavaciones realizadas por los hermanos Oliver en el siglo XVIII, siempre ha sido víctima de los saqueos clandestinos, tanto de aquellos que expolian los restos de materiales constructivos para su uso privado en sus viviendas, a los mas sofisticados que utilizan aparatos de alta tecnología, para la localización de metales enterrados (Monedas, útiles domésticos romanos etc..) y que posteriormente los venden a otros, no menos culpables que los expoliadores, que con su adquisición en mercadillos ilegales o través de internet, de cuya procedencia y modo de obtención son perfectos conocedores, cierran con su compra, el circulo mercantil de oferta y demanda.

Desde antes de 1979, se vienen realizando acciones encaminadas a preservar este yacimiento de estas “rapaces nocturnas” sin alas, que no se espantan con espantapájaros y que compran detectores de varios cientos de euros, para realizar su particular cacería.

Hace cinco años fueron detenidos una banda de expoliadores en este yacimiento, y parece ser que amparados bajo el paraguas de la “crisis económica”, a brotado nuevamente una oleada de saqueos, que ha sufrido este recinto en estas semanas atrás.

Por ello la Consejería de Cultura, el Ayuntamiento de Ronda y los distintos cuerpos de seguridad, se han puesto manos a la obra y han diseñado un plan para preservar este yacimiento, de la pérdida de patrimonio y de los daños que viene sufriendo.

De momento hay un acuerdo para incrementar las patrullas de vigilancia nocturna por parte de la Policía Local, Policía Nacional y Seprona, al tiempo que se reparará la valla de protección.
Asimismo se estudia instalar cámaras permanentes de seguridad, y pedir a los residentes de los núcleos vecinales cercanos, su colaboración para que den la voz de alarma, cuando observen algo extraño en el lugar.

Y es que al expoliar nuestro patrimonio histórico, no solo nos perjudica en los aspectos; histórico, cultural, social y turístico, sino que perjudica nuestra propia imagen al exterior, como ciudad que se ve incapaz de proteger y a la que no parece interesarle sus tesoros arqueológicos.

Noticia: Cilniana, 14-2-2010